goodbye.

Tenía pensado no volver a dedicarte una linea.
Pero acabo de darme cuenta de que no soportas saber lo feliz que soy y voy a ser, sin ti.
Y se me ha llenado el alma de satisfacción.

No supongo, sé,  que duele saber que alguien que hubiese dado la vida por ti, ha dado un portazo y te quiere lejos, porque a pesar de los años sigues siendo el mismo puto cobarde.

En realidad no estoy enfadada contigo, en el fondo te voy a querer mucho siempre. Por lo que fuiste para mi. Si, en pasado. Nada va a cambiar los momentos que hemos pasado, ni lo grande que me has hecho ser. Nada va cambiar que estoy donde estoy y soy como soy en parte, gracias a ti.

Sabes perfectamente que hubiese preferido hacer esto en persona, aunque me hubiese derrumbado y llorado delante tuya. Estaba dispuesta a pasar ese trago. Tras mucho reflexionarlo, estaba preparada.

Me referí a ti muchas veces como: el amor de mi vida. A día de hoy, quiero dudarlo. Un título tan importante como ese no puede pertenecer a alguien que me ha hecho pasar ratos tan amargos.

Siempre se te olvidó lo más importante. Quererme menos y quererme mejor.
Nunca supiste llegar a tiempo. Y no, la culpa no siempre la tenía mi innata impaciencia.

Admito que me cambió la vida la noche que me dijiste que, en aquel entonces tú también sentías lo mismo. Al menos, la primera vez en mi vida que verdaderamente me había enamorado, había sido correspondida. Y me consoló, por unos días me llenó. Me hizo sentir menos imbécil. Pero no me devolvió las horas de no dormir, ni las horas que pasé preguntándome que porqué.

Me dispongo a darme la oportunidad que tanto tiempo llevo esperando y necesitando. Me dispongo a ser feliz, a darle mis ganas y mi tiempo a alguien que se lo está ganando cada día.

Alguien que hizo algo tan simple como apostar por mi.

Aunque te duela, te arrepientas y sientas que aún podríamos conquistar el mundo juntos,

hazme un último favor y

no vuelvas nunca jamás a mi vida.